 Me llevó 10 años volver a montar a caballo ... tuve tanto miedo durante tanto tiempo ...
¿Alguna vez te has caído de tu caballo, física o metafóricamente hablando? No siempre es fácil volver a montarte ... aquí está mi historia ... Cuando era un joven adolescente me encantaba montar a caballo, así que constantemente le pedía a mi papá que me llevara a montar a un lugar no muy lejos de casa llamado Xochimilco, donde algunas personas alquilaban caballos para montar por los terrenos locales y en el bosque que rodea la zona. Mi papá de vez en cuando cedía, después de haberle insistido constantemente para que me llevara, y me llevaba ahí los domingos. Supongo que para él también era un buen descanso después de la semana en la chamba. Cada vez que llegábamos ahí, siempre había algunos tipos con varios caballos tratado de vender sus caballos a la gente que pasaba, diciendo cosas como ... "Señor, señor, estos caballos son realmente mansos y tranquilos, especialmente para los niños"... Este es muy dócil y muy mansito y se sabe bien el camino y el terreno, le doy buen precio..." Siempre checábamos los caballos, algunos de ellos parecían cansados y un poco escuálidos, algunos parecía que no habían comido en mucho tiempo ... y cuando veíamos un buen caballo, no demasiado grande, no demasiado pequeño y con buen aspecto, pedíamos el precio del alquiler y papá regateaba el precio, algo imprescindible en México ... hay que regatear ... Un día me monté en un tal "caballo manso" y como siempre me fui solo, entonces, mientras nos dirigíamos por un sendero, algo asustó a mi caballo y ¡salió disparado! ¡Saltó sobre un árbol caído y mis estribos salieron volando! Estaba rebotando por todos lados tratando de detener al caballo, tirando de las riendas de izquierda a derecha y al centro, gritando al caballo que se detuviera owww ... owww ... owww ... como lo hacen en México, y estoy seguro de que no dije ninguna grosería, por si mi papá estaba cerca ... entonces el caballo se subió a una carretera y se dirigió hacia no sé dónde a mil kilometros por hora y luego ... lo inevitable...me caí y ¡Aterricé de cabeza! (Los cascos no existían en esos días) Perdí el conocimiento y desperté un rato después en los brazos de una mujer que estaba sentada junto a un árbol y estabamos rodeados de su familia ... su esposo estaba furioso y decía cosas que no podía entender y luego mi papá y mi hermano mayor vinieron a buscarme y el hombre empezó a decirle a mi padre: "¿¡Cómo pudiste dejar que tu hijo montara estos animales por su cuenta !?" etc. etc... Les dieron las gracias y me llevaron de urgencia al hospital para que me hicieran un escaneo, no se necesitaba una ambulancia, simplemente nos subimos al coche y nos dirigimos al hospital y fuimos directamente a Urgencias para que pudieran checarme de inmediato. Me revisaron después de una larga espera y dijeron que estaba bien y, aparte de algunos rasguños y moretones, estaba absolutamente bien. No hace falta decir que fue el final de mis paseos a caballo en Xochimilco, no quería ni estar cerca de un caballo durante bastante tiempo y aunque nunca hablamos de eso, nunca le pedí a mi papá que me llevara a montar nuevamente ... Probablemente tenía alrededor de 15 años en ese momento y me llevó unos 10 años volver a montar a caballo hasta un dia cuando estaba viviendo en Israel en 1985... El kibutz en el que vivía tenía un rancho en los Altos del Golán y tenían caballos.. Un día en el rancho uno de los líderes del kibutz me dijo: "Eres mexicano, ¿no? Así que debes saber montar a caballo, ¿no? (Supongo que solo había visto mexicanos en películas del oeste) y yo le respondí, claro, por supuesto que sí. Luego dijo: "Mira, ¿por qué no te llevas a este caballo a dar un paseo?" Y ahí estaba, un hermoso caballo mirándome a los ojos, desafiándome, como diciendo ... "Te reto ..." Respiré profundo y fui hacia él pensando, sí, ya es hora de volver al caballo ... no puedo tener miedo por el resto de mi vida ... y de inmediato, cuando me subí fue como si ¡Nunca me había bajado de la silla! Estaba feliz y el caballo podía sentir eso, comenzamos lentamente y de pronto ya estábamos galopando ... ¡Increíble! Lo había extrañado ... Finalmente me volví a montar a caballo y sentí que podía hacer cualquier cosa a partir de ese momento ... La moraleja de la historia, supongo, es romper las barreras del miedo, especialmente después de caerse de un caballo, metafóricamente hablando o no, es imprescindible para cualquiera que quiera avanzar en la vida, sin importar lo que sea ... Respira profundamente y hazlo ... #mexikiwi
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