La tiendita de Anita...

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La tiendita de Anita...

Esta increíble imagen me trajo algunos recuerdos maravillosos de mi infancia...
Estoy parado aquí junto a mi hermano, que es 10 años mayor que yo y mi mamá... una joven madre de 6 hijos bien vestida (soy el más chico de mi familia).

Papá debe haber tomado esta foto con su cámara Pentax, estaba tan orgulloso de ella...
Ese era su nuevo coche, aunque de segunda mano, un Valiant 1965, en color marrón oscuro con bonitas llantas de cara blanca.
Siempre estuvo muy orgulloso de sus coches, tal vez mi papá me pasó el amor a los coches desde que yo era pequeño...

Recuerdo cuando llegó a casa con este Valiant... Me quedé impresionado a primera vista...
Debo haber tenido unos 8 o 10 años... Había cambiado la hermosa pero envejecida camioneta Ford ...

Este coche, más nuevo, estaba hermoso, con alfombra marrón y volante y asientos de vinil del mismo color a juego, en mi opinión... ¡una verdadera belleza!

Me salí del tema un poco, esta publicación es sobre la pequeña tienda justo al otro lado de la calle de mi casa...

Se llamaba "La Guadalupana"... era parte de una casa, como lo son muchas tiendas en México, habían creado un cuartito con una cortina metálica con vista hacia la calle, para abrir la tiendita al público...

Era una pequeña tiendita con algunos artículos básicos a la venta, como refrescos, dulces, chicles, bocadillos y algunas otras cosas...
La señora que era dueña de la tienda vivía en esta casa, su nombre era Anita, o conocida por nosotros como la "Señora Anita" ...
Solía ​​tener mal genio y, a veces, se enfadaba con nosotros si jugábamos frente a su tienda.

Esta fue la tienda donde tuve mi primera interacción comercial, fue la tienda donde saqué mis primeros centavos o pesos ahorrados de mi "semana", a lo que en México le llamábamos "Domingos", y me compré algo. El "Domingo" que mi padre solía darme era de $5 pesos.

La primera vez creo que me compré mi refresco favorito, una "Chaparrita" y mis frituras de maíz favoritas, que todavía me encantan ...unos "Fritos" ...

Debo haber dicho ... "¿Cuánto es?" probablemente con orgullo y un poco asustado por primera vez, y le entregué mis monedas a la Señora Anita... ella quizás me vio con esa mirada como diciendo, ahora ya eres un jovencito...

Estaba empezando a aprender el valor monetario de las cosas y lo que podía hacer con el dinero ...
Lo hice todo yo solo, probablemente con mamá mirando desde el otro lado de la calle ...

La tienda de la Señora Anita era más que una tienda, era un lugar de encuentro para muchos...

Recuerdo que solía haber una gran roca, justo afuera de la cortina, que servía como de minibanco para cualquiera que quisiera sentarse ahí a disfrutar de su bebida o lo que sea... muchos de nosotros nos sentamos ahí muchas veces, contemplando el día, y por supuesto al otro lado de la calle, mirando la casa donde crecí...

La tienda de Anita era como la base de nuestra pequeña tribu, un pequeño grupo de amigos con los que crecí ...

Principalmente mis vecinos, Chucho, del otro lado de la calle, y mis amigos Héctor y Rodolfo, que vivían a la izquierda y a la derecha de nuestra pequeña y humilde casa en la calle Pétalo ...

Después de la escuela, solíamos pasar la mayor parte de los días de nuestra infancia jugando en esa tranquila calle todo tipo de juegos que habíamos aprendido de los niños mayores en la misma calle o algunos otros juegos que inventamos ...

Era nuestro mundo y nada podía detenernos ... excepto nuestras madres cuando empezaba a oscurecer ... gritaban desde donde estuvieran en sus respectivas casas ...
"¡Ya métanse, está oscureciendo!"...
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Normalmente les dejamos hacer eso 2 o 3 veces antes de que finalmente regresáramos a nuestras casas y dijéramos adiós ... "nos vemos mañana" ...

Al día siguiente lo volveríamos a hacer ... y nada más nos importaba ...

Fue una infancia mágica ...